En el mercado bursátil, existen acciones de compañías que son públicas y por ende se pueden comprar y vender por inversionistas. Generalmente, las empresas grandes privadas, que requieren de financiamiento o están buscando capitalizarse a favor de futuras oportunidades, pueden optar por emitir sus acciones “al mercado”, convirtiéndose en empresas con acciones bursátiles, ampliando su base de accionistas por medio del interés de compra de inversionistas.
¿Qué son las acciones?
Similar a acciones de compañías privadas, las acciones de compañías públicas son representativas de unidades de participación accionarias en una empresa. El valor total de una empresa pública no es más que el total de las acciones emitidas multiplicado por el valor ($) de cada acción. Como ejemplo, si una empresa tiene 100,000.00 acciones en circulación y el precio de cada acción es de $50.00, el valor de la empresa o “market-cap” sería de $5,000,000.00.
El valor tanto de las acciones públicas como privadas evoluciona en el tiempo en base al rendimiento de la compañía. Entre más rinde la compañía, más valor genera la acción. En el mercado bursátil, este rendimiento positivo se reflejaría en el incremento de cada unidad accionaria. Como ejemplo, si compramos acciones de Amazon (AMZN), y la compañía reporta incrementos en sus utilidades y perspectivas de negocio positivas, uno esperaría que el comportamiento de la acción de AMZN fuera hacia el alza, dado a que el interés de compra de inversionistas sobrepasaría el interés de venta. Estas distintas opiniones forman las posturas de compras y ventas que acentúan el precio accionario de la empresa pública y por ende definen el valor de la compañía. Este proceso de “valorización” es diario y visible por las cotizaciones que estamos acostumbrados a ver en los distintos mercados bursátiles en los que operan.
Esto difiere al valor accionario y empresarial de una empresa privada en donde no existen un mercado bursátil que ayuda a definir el precio de cada acción. Por ende, el valor accionario en una compañía privada, conlleva un análisis propio, el cual se presta a diferencias de opinión.
Cómo invertir en bolsa: Inversión directa en acciones
Por lo general, muchos empiezan por el consejo de un familiar, amigo o conocido, o por medio de lo que uno ve o lee. La inversión directa en acciones puede ser una actividad muy provechosa dado el potencial de ganancia de capital, y por ende una herramienta muy poderosa para la planificación financiera.
A continuación, te damos algunos consejos:
- Comprende tu horizonte de inversión: La inversión en acciones debe de considerarse únicamente si el horizonte de inversión del inversionista es a largo plazo, dado las fluctuaciones que puede haber en el valor de las acciones. No especules tratando de generar ganancias a corto plazo.
- Comienza de a poco: Es conveniente que inicies contemplando una ponderación cautelosa, en relación con tus otros activos, para que te vayas familiarizando con el perfil de inversión de este activo.
- Comprender la psicología financiera: Pueden haber fluctuaciones materiales, positivas o negativas, en el valor de una acción que incitara emociones.
- Estilo de inversión: Existen diversos tipos de acciones, desde compañías grandes y estables, a compañías chicas con grandes promesas de crecimiento. En cualquier caso, los potenciales beneficios y/o riesgos pueden ser muy distintos.
- Diversifica: No metas todos tus “huevos en la misma canasta”. Trata de identificar acciones de compañías que son distintas y minimiza tu riesgo a una compañía en particular armando una “canasta” de acciones.